martes, 26 de agosto de 2008

El regalo

Le regaló una pluma. Una de esas plumas clásicas que para que escupan letras sobre un papel necesitas un tintero a tu lado. Era ligera y de fácil manejo. Ella, aún no ha podido abrir el bote del líquido añil. Quiso que lo abrieran juntos y que esas primeras pulsaciones de la pluma surgieran de su mano fuerte y experimentada. Él no quiso, pensaba que ella le daría un uso más profesional e intelectual. Por su parte, ella había olvidado cómo se encadenaban las palabras sobre el papel. Ahora no podrán hacerlo juntos. Él ya no está, y ella piensa que sin él no podrá abrir ese bote, ya que cuando la tinta entre en contacto con el aire de su cuarto se verá obligada a dibujar letras sin parar. Tal vez piensa que pronto se acabará la tinta y lo olvidará.

4 comentarios:

Maru dijo...

Tus letras son tu mejor reaglo...y tu visita..! No sabes las ganas que tengo de verte Gorettudin!

Goretti Redondo dijo...

yo también tengo unas ganas inmensas! el corazón que a Triana va nunca volverá...

yorgos dijo...

...pero ella se equivoca, porque su tinta no se agotará jamás. Pronto se dará cuenta de que la pluma no es un objeto, sino ella misma, de que la tinta no es un simple líquido viscoso, sino su propia vida. La pluma que debe empezar a escribir de nuevo su camino. Antes, él la ayudaba con su letra firme y asesoradora. Ahora ella debe tomar su testigo y así comprender que ni un millón de papeles usados gastarán la tinta y la pluma escribirá siempre valiente, firme, inteligente, tal y como él soñaba que fuese.
Usa esa pluma, Goretti.

Anónimo dijo...

Es precioso lo que escribes, no se por qué no lo haces más a menudo. Me he emocionado mucho y me estaba imaginando esa cara que ponía él, de orgulloso de su hija, de su talento, de como plasmabas en papel tus sentimientos, tus sueños.
Por eso te animo a que abras ese bote Goretti, ¡ábrelo ya!.
Te quiero mucho y yo también estoy muy orgullosa de ti.